Tras el disparo

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Sombra
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Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Sab Dic 25, 2010 4:07 am

Felíz día de Navidad a todos.
Recien me he levantado y ando hechando un ojo a lo que se cuentan mientras qué mi hijo (8 años) se despierta y toma por asalto el arbol... y lo que bajo el hay...

Pero estando en esas me he parado a leer algunas de las historias qué cuentan y me he quedado un poco "parado" por algún detalle sobre los rastreos, así qué creo que les puedo ejercer hoy de Santa y dejarles un regalito en forma de copy&paste sobre lo que se debe de hacer tras dispara y cómo.

Está adaptado a la caza con arco pero no sólo es aplicable en esta. De hecho casi tododos los qué me aportaron esos conocimientos no cazaron nunca con arco.

Espero que les guste y, sobre todo, que les sea de utilidad:
Son varios los posts donde he leído sobre problemas de rastreo de piezas heridas y es por ello qué me he decidido a abrir este.

De antemano quiero avisaros de qué algunas de las cosas qué os voy a contar os pueden parecer tan excesivas cómo a mi me lo parecieron en su día.

A vuestro criterio y a las exigencias de las circunstancias va a quedar el aplicarlas o no.

Yo me voy a limitar a contároslas tal y cómo a mi me las enseñaron algunos de los mejores cazadores qué he conocido, entre ellos varios cazadores profesionales incluyendo alguno qué aún llegó a vivir ese África de los grandes safaris.

Lo primero de lo primero:

Si puedes acceder a un perro adiestrado para seguir rastros de sangre, dejate de mandangas y recurre al perro.
...nuevamente el límite de 10.000 carácteres me obliga a partir el post.
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Re: Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Sab Dic 25, 2010 4:18 am

Me esta dando un error de mySql al intentar postear el resto. No se que ocurre.


EDITO Y AÑADO:

Listo:

El error lo daba porque en el fragmento copiado de la wikipedia había una letra alfa y una beta en alfabeto griego, una vez cambiadas por sus nombres en alfabeto latino he podido postearlo.

Lo indico para los administradores. Una vez lo lean pueden eliminar esta nota
Última edición por Sombra el Sab Dic 25, 2010 4:22 am, editado 1 vez en total.
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Re: Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Sab Dic 25, 2010 4:20 am

Sigamos, y disculpenme la interrupción:
Aclarado esto, vamos a lo que hay que hacer tras el disparo. Es muy sencillo:

NADA.

No hay que hacer nada. Absolutamente nada.

Uno debe quedarse quieto por completo, y más aún si está expuesto (a la vista). Ni pestañees, es más, si acaso entrecierra los ojos y desvía la mirada: limitate a observar la pieza con tu visión periférica, por un lado, porqué los animales pueden sentir cuando se les mira directamente y, por el otro, porqué si ven tus ojos (las mascaras de malla son una gran cosa: usalas siempre que puedas), tu movimiento o cualquier cosa extraña se van a sentir amenazados y van a generar mucha más adrenalina... y la adrenalina es el super-aditivo de la naturaleza. ¿Vemos qué dice sobre la adrenalina la wikipedia?:

Ante, todo, la adrenalina es una hormona de acción, secretada por las glándulas adrenales en respuesta a una situación de peligro. Su acción está mediada por receptores adrenérgicos, tanto de tipo alfa como beta. Entre los efectos fisiológicos que produce están:

* Aumentar, a través de su acción en hígado y músculos, la concentración de glucosa en sangre. Esto se produce porque, al igual que el glucagón, la adrenalina moviliza las reservas de glucógeno hepático y, a diferencia del glucagón, también las musculares.
* Aumentar la tensión arterial: esto se debe al efecto Dale, donde en concentraciones elevadas de adrenalina, los efectos alfa1 enmascaran los efectos beta2 aumentando la presión; pero en concentraciones bajas, la adrenalina produce descenso de la presión arterial en respuesta a los efectos beta2 ya que tiene mayor afinidad por estos que por los alfa1
* Aumentar el ritmo cardíaco.
* Dilata la pupila para tener una mejor visión.
* Aumenta la respiración, por lo que se ha usado como medicamento contra el asma.
* Puede estimular al cerebro para que produzca dopamina, hormona responsable de la sensación de bienestar, pudiendo crear adicción.


Punto por punto, la glucosa es la “gasolina” de los músculos, así qué el aumento de glucosa en sangre le da energía; el aumento de la presión arterial hace llegar más sangre a los músculos y, por lo tanto, más oxígeno y glucosa; el aumento del ritmo cardíaco, tres cuartas partes de lo mismo; la dilatación de las pupilas le hace percibir mejor el entorno y, por lo tanto, las posibles amenazas; el aumento de la respiración incrementa la oxigenación... y la dopamina es un anestésico natural que enmascara el dolor de la herida.

En resumidas cuentas, cualquier bicho herido que con esa herida pueda recorrer una distancia dada, si se alerta y eso le hace generar adrenalina, va a recorrer gracias a ella una distancia bastante mayor... incluso varias veces mayor.

De hecho, por eso es tan importante no alertar a la pieza en la medida de lo posible antes del disparo, ya qué lo mismo nos va a dar en la práctica que la adrenalina se haya generado unos segundos antes qué después del impacto de nuestra flecha... bueno, lo mismo no ya qué, si le hemos alertado previamente, la sensación de dolor del impacto la va a identificar indefectiblemente cómo una agresión y eso le va a hacer generar aún más adrenalina... mientras qué si recibe el impacto estando en una situación absolutamente normal sin ninguna sensación de amenaza y tras la misma sigue sin percibir nada qué le alerte... puede achacar el dolor a cualquier cosa menos a una amenaza y, por otra parte, el leve incremento de adrenalina qué se produce al sentir el dolor del impacto va a “jugar en nuestro favor” según el punto segundo de lo que hemos visto qué nos dice la wiki:

...pero en concentraciones bajas, la adrenalina produce descenso de la presión arterial en respuesta a los efectos beta2 ya que tiene mayor afinidad por estos que por los alfa1


...y ese descenso en la presión arterial se va a sumar a la perdida de sangre y al malestar qué pueda sentir por la herida haciéndole buscar un lugar tranquilo donde acodarse.

(De hecho yo en las esperas nocturnas al jabalí hago todo lo posible para poder tirar sin luz precisamente por ese motivo: no provocar una primera descarga de adrenalina y que el animal reciba el impacto sin qué note nada anormal previo. También es por eso qué muchos preferimos “primar” el qué nuestros arcos y nuestras flechas sean lo más silenciosos posible aún a costa de perder velocidad y rasante)

Bien, ya hemos disparado, a ser posible sin alertar previamente al animal, la flecha a impactado, nos hemos convertido en una estatua una décima de segundo después de la suelta y nos hemos mantenido así mientras qué el animal impactado (e incluso los que le puedan acompañar) ha permanecido en la zona desde la qué nos podía ver o percibir. Ahora aparentemente “estamos solos” y ha llegado el momento de relajarse y, muy lenta y sigilosamente por si el o los animales siguen estando, aunque fuera de nuestro alcance visual, dentro de su alcance sensorial, tomar una posición cómoda y esperar unos minutos.

PACIENCIA es la palabra... y resistir la tentación para abalanzarnos sobre la zona de impacto.

Un buen truco es hacer un repaso mental de todo el lance y, si es posible, llevar encima una pequeña libreta y anotar lo qué ha sucedido (si es de noche, usando una luz lo más encelada y tenue posible y, preferiblemente, roja): Eso nos permitirá ocupar unos cuantos minutos y darle más margen a la pieza herida.

Bien. Ya ha llegado el momento de revisar la zona del impacto pero, antes de movernos, UN CONSEJO:

Utiliza algo para, DESDE TU POSICIÓN DE DISPARO (un par de flechas en el suelo, por ejemplo), indicar tanto el punto donde el animal recibió el impacto cómo el lugar donde lo viste por última vez.
Por lo general, para el punto del impacto basta una flecha tumbada en el suelo, pero para el punto donde se le perdió visualmente, sobre todo si es lejano, es MUY ACONSEJABLE clavar dos flechas en el suelo, separadas por uno o dos metros, de forma qué sus emplumes alineados nos indiquen ese punto:

En muchas ocasiones los rastros se pierden (o se dilapida una gran cantidad de tiempo, confianza y energía) porqué no se logra localizar, o al menos no con facilidad, el lugar por donde se fue el animal o el lugar donde recibió el impacto:

Clavar unas flechas en el suelo nos permite emplazar con suma facilidad unas referencias qué pueden ser claramente visibles desde una cierta distancia (y si el emplume no tiene colores vistosos, es muy sencillo “prensar” un pellizco de la punta de un pañuelo de papel en el culatín y transformarlas en banderolas... (o fijarlo con un elástico o algo de cinta aislante o cualquier otro medio).

Si, además, se ha disparado mientras que se recechaba, o desde un puesto provisional o poco o nunca utilizado o si, simplemente, estás en un lugar o en unas condiciones que no te son familiares, MARCA TAMBIÉN EL LUGAR DEL DISPARO (aunque sea con un simple pañuelo de papel) y, preferiblemente, hazlo con algo y de tal modo qué te permita ver la marca desde lejos.

La ventaja de marcar la dirección a esos lugares con dos flechas clavadas en el suelo y alineadas es clara:

Mirando desde lejos en dirección a ellas podemos ver sin estamos en la línea o nos hemos ido de ella, lo qué, si las hemos alineado en la dirección correcta con la suficiente precisión, indica con mucha exactitud la franja de terreno donde hemos de buscar el rastro.

Un detalle a tener en cuenta:

Los emplumes de las flechas clavadas en el suelo no están a la altura de tus ojos, así qué puede ocurrir qué haya obstáculos (o la simple configuración del terreno) qué te impida su visión desde lejos... aunque tu si que hayas tenido una línea visual “limpia” hasta ese punto. Si es posible, pon las marcas a la altura de tus ojos.

Por descontado, si se caza en compañía, quién haya efectuado el disparo que ha herido a la pieza, DEBE QUEDARSE EN LA POSICIÓN DESDE LA QUE EFECTUÓ EL DISPARO hasta que el rastro haya podido ser establecido hasta el punto en el qué la pieza desapareció de su visual, para poder dar indicaciones al rastreador.

Si se caza en pareja o en grupo, es MUY CONVENIENTE qué todo el qué haya seguido visualmente la pieza hasta perderla de vista marqué la dirección del punto donde dejó de verla.

Se qué todas estas precauciones para localizar el inicio de un rastro pueden parecer superfluas... y en muchos casos lo son, no obstante, el día qué das con un rastro verdaderamente difícil se agradece muchísimo haberlas tomado.

Bien, en este momento, si hemos hecho todo esto y lo hemos hecho bien, cómo mínimo habrán pasado de quince a veinte minutos desde qué herimos a la pieza y, lo más normal, es qué haya pasado más de media hora.

Es el momento de acercarse a la zona del impacto y, si no vimos al animal alejarse con la flecha clavada, buscar y localizar esta y el inicio del rastro de sangre.

En el proximo post continuare el tema.
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Re: Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Sab Dic 25, 2010 4:25 am

Quizás esta sea la parte qué más les interese a todos, ya que hablo sobre lo que nos dice la sangre según sea:
Una vez qué tengamos localizada la sangre (y si no se ha ido con la pieza, la fleha: la flecha puede contarnos muchísimo más sobre cómo hemos herido al animal qué unas simples gotas de sangre, así qué hay qué dedicar a encontrarla todo el tiempo qué sea necesario) hay que ver cómo es esta y tomar una decisión sobre qué vamos a hacer a continuación... y eso va a depender de cómo sea esa sangre, a saber:

Sangre rojo oscuro, poco espesa y escasa:

* Se trata de, casi con total seguridad, un impacto qué tan sólo ha interesado músculo, quizás a algún hueso.
* Hay que ponerse de inmediato sobre el rastro y a toda velocidad. Ya se le ha dado demasiado margen. Hay qué estar prevenidos para encontrar al animal sobre sus patas, en movimiento, o encamado pero atento y dispuesto a la huida. Habrá qué, con toda seguridad, volver a tirar sobre la pieza.


Sangre brillante, rosada, con o sin burbujas abundantes:

* Se trata de, casi con seguridad, un impacto qué ha interesado al corazón o a los pulmones si hay abundantes burbujas.
* Lo suyo sería darle al animal un margen en torno a una hora... excepto, claro está, que lo hayamos visto caer.


Sangre rojo brillante, quizás algo rosada y qué incluso se puede haber proyectado a una cierta distancia:

* Se trata casi con seguridad de sangre arterial. A más abundante sea y/o a más lejos haya sido proyectada, más importante será la arteria interesada.
* Nuevamente deberíamos darle una hora... excepto qué, cómo el supuesto anterior, lo hayamos visto caer.


Sangre muy roja y abundante qué, al poco, se pierde o reduce notablemente:

* Se trata, casi con seguridad, de un impacto qué ha interesado el hígado.
* Lo más aconsejable es darle al animal entre tres y cuatro horas.


Sangre sucia, marrón rojizo, en ocasiones con muestras de materia fecal o alimento:

* Se trata con toda seguridad de un empance.
* Si no existe ningún signo adicional, no se debería emprender el rastreo hasta pasado cómo mínimo medio día (12 horas).


Si se da la combinación de cualquiera de estos tipos tendremos que aplicar el sentido común y decidir cual es el aspecto más relevante, no obstante, ante la duda, darle antes más tiempo qué menos.

¿La peor situación qué se puede dar?

Qué la pieza se enmate o acode a nuestra vista y qué no podamos acceder a examinar el punto de impacto sin alertarla ni, por el motivo que sea, efectuar un segundo disparo sobre la misma.

Es una situación desesperante y qué puede ser de difícil solución.

Lo mejor es armarse de paciencia, acomodarse y dejar pasar al menos un par de horas. Pasado este tiempo y si la situación no ha variado, lo más aconsejable es comenzar por “producir” cualquier olor “antinatural” qué lo fuerce a moverse: el tabaco o, si no somos fumadores, quemar de forma segura algo de hojarasca, puede ser suficiente. Si no, hagamos algún pequeño ruido, o silbemos una tonadilla suavemente o murmuremos.

Si nada de esto funciona y hace qué decida cambiar su emplazamiento y se aleje, habrá qué intentar aproximarse recechandolo.

Bueno, son cuatro folios y pasan de las dos de la madrugada. Nuevamente se me ha hecho tardísimo (y muy a gusto) escribiendo para vosotros. Mañana, si puede ser, más:

Veremos la importancia de saber si hemos pasado o no al animal y las cosas qué hay que hacer y procurar ver al seguir un rastro de sangre... y cómo hacerlas o verlas.
En el siguiente post más... pero tardare en publicarlo, que ya estan todos levantados y hay que abrir regalos. (:O:) (:O:) (:O:) (:O:)
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Re: Tras el disparo

Mensaje por luchocas » Sab Dic 25, 2010 2:19 pm

Feliz Navidad y gracias por todos tus aportes, MUY BUENOS!!


Saludos y buena caza!!
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Re: Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Sab Dic 25, 2010 4:13 pm

Bueno, las ocho de la tarde acá en España y recien acabo de subir de la comida de Navidad y aún me he dejado alguna familia en el garage haciendose el último café y rematando los dulces.

A lo que ibamos...

Se produjeron algunas respuestas e intercambios de ideas y, entre ellos, quizás este de Adol fuese de los más relevantes:
voere escribió:Y lo mejor, el perrito con la correa de persiana.


¿Aun te acuerdas de la mia?.
Dos cosas que hago, primero para no comerme los puños mientras espero, aparte del culatin iluminado que te da informacion de como ha sido el tiro, cuando esta ya todo tranquilo desde el tree busco la flecha con una linterna UV. http://www.dealextreme.com/details.dx/sku.15456 si has tenido con antelacion cuidado al elegir las plumas que reflejen los UV o tienes fluorescente el arrow wraps de las flechas estas se ven muy bien, asi localizas la flecha y ademas por la cantidad del brillo sabes si esta con sangre o ha sido agua.

Despues para señalizar el itinerario y la sangre corto en tiras un chaleco reflectante del coche, de forma que ademas de tejido amarillo tenga una tira de reflectante con estas tiras lo señalizo (muy comodo si a cada tira le coses una pinza), asi si es de dia ves muy bien la trayectoria que sigue con solo mirar atras y si es de noche con darle un linternazo.

Corto de dos chalecos uno amarillo y otro naranja, asi si he tirado a dos distingo los dos rastros.
a lo que yo respondí:
Adol, eres un máquina. ¡Artista! si señor...

En la vida se me habría a mi ocurrido lo de los chalecos a tiras. Increible y supervisible.

Qué cierto es eso de qué nunca te acostarás sin aprender una cosa más.

Lo qué yo uso es mucho más simple y cómo ventaja, la única que tiene, es qué no has de desandar el camino retirandolo si no quieres, ya qué es natural y 100% biodegradable:

Algodón en rama qué, además de pesar prácticamente nada, poder compactarse en cualquier sitio y verse a la legua todo blanquito, tanto las aves cómo los pequeños mamíferos (ardillas, ratoncillos, topillos, lirones, etc...) lo aprovechan en pocos días para mullir sus nidos o madrigueras.

...y si quieres más colores, los tiñes con anilinas o con "fum" de los de los palomos y listo.
En el siguiente post continuare con el desarrollo del tema...
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Re: Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Sab Dic 25, 2010 6:44 pm

Y continuó:
Bueno, son las 9:30 de la mañana y acabo de llegar de milagro al taller con el coche qué de camino al trabajo se ha puesto a dar tirones y saltos y a calarse en plena autovía, además, hacía una peste a cirio qué daba miedo, así qué mucho me temo qué en la última ocasión en qué reposté el gasoil debía de ir mezclado con parafina o vaya usted a saber con qué. Acojonaito estoy de lo que me vayan a decir, ya qué “la dolorosa” puede ser espectacular. En fin, ya veremos...

La cuestión es qué ando con el portátil tragándome un viaje de metro más que regular y cómo no hay nada mejor qué hacer (ni, bien pensado, peor) voy a ver si sigo con esto.

Imagino qué, a estas alturas y después de lo que os llevo dicho, tendréis más qué claro qué lo único qué, prácticamente con toda seguridad, no hace ninguna falta al seguir un rastro de sangre es LA PRISA.

Tomaos las cosas con más calma aún si cabe, localizar la flecha y analizar la zona del impacto. Mirar hasta localizar todas las manchas de sangre y mirar bien, ya qué estas pueden no sólo estar en el suelo:

El animal puede, por lo general DEBE (aunque sea muy poco), ir manchando la maleza a la altura de la herida o algo más abajo y es muy importante qué descubráis lo antes posible si es así y si lo es a qué altura Y POR QUÉ LADO DE SU ANDADURA lo hace.

Las manchas en la maleza no dependen tanto del flujo de sangre cómo las gotas en el suelo y, si bien no suelen tener la regularidad de estas ni nos cuentan cosas con la variación de su regularidad, su abundancia, etc... si qué suelen ser mucho más frecuentes, sobre todo al inicio del rastro cuando la sangre aún fresca empapa el pelo y la borra bajo este y la capa del animal actúa a modo de esponja qué, saturada, a la menor presión o roce deja escapar parte de su contenido qué, por lo general, mancha aquello qué la presionó o rozó.

Tener en cuenta que tres de cada cuatro veces qué realmente perdáis un rastro, si lo conseguís retomar, va a ser por la sangre en la maleza y por lo qué esta os cuente.

Cazando con arco no es inusual el pasar las piezas de lado a lado. Esto significa qué la pieza va a tener una herida de entrada y una de salida y qué, por lo general, LA DE SALIDA ESTARÁ MÁS BAJA.

Las razones de esto son dos y muy simples si nos paramos a pensar en ello:

- Si tiramos desde un puesto elevado en una espera, la flecha normalmente lleva una trayectoria descendente.
- Si tiramos pie a tierra, rasos o aún cuesta arriba, en un rececho la flecha siempre describe una parábola y, por lo general, el punto de impacto de salida, más alejado a nosotros será más bajo qué el de entrada.

Una vez qué tengamos claro porqué lado de la andadura sangra o si lo hace por ambos, ES IMPORTANTE MEDIR EN CUANTO SEA POSIBLE A QUE ALTURA SANGRA.

Yo normalmente utilizo el arco o una flecha para tomar la medida, apoyándolo vertical junto a la planta donde quedó el rastro de sangre alto.

La finalidad de tomar esa medida y tenerla en cuenta es doble:

a) si la pieza vuelve sobre sus pasos (cosa para nada inusual) veremos sangre en las matas a una altura qué corresponde al otro lado de la andadura (en el supuesto de que sangre por ambos orificios) o habrá un rastro a dos alturas.
b) si tenemos una referencia de la altura es mucho más simple y certero examinar la maleza, ya qué nuestra mirada registrará sólo el fragmento de maleza en las proximidades de la marca de altura, no “disipándose” intentando ver algo en toda la mata.

Una cosa qué, releyendo, veo qué no os he dicho y qué muy posiblemente debí deciros lo primero de todo es qué todo buen rastro de sangre comienza por un buen tiro.

Parece una perogruyada pero es así:

Asegurar el disparo en la medida de lo posible y procurar acertar en un punto vital simplifica muchísimo las cosas y hay que esforzarse al máximo para conseguirlo, aun qué, y sobre todo cuando se dispara desde un puesto en alto, tampoco hay qué llegar al extremo de dejar qué la pieza se meta demasiado cerca de nosotros, ya qué eso puede, al tirar de arriba a abajo, dar lugar a uno de los peores impactos posibles:

El que interesa a UN SÓLO PULMÓN.

Esa es una herida mortal de necesidad, pero sin embargo el animal puede tardar más de un día en morir... y seguir desplazándose mientras ese momento llega.

Cómo muy bien ha dicho Voere:

Voere escribió:Si no nos quedamos como estatuas y no le damos tiempo al animal para que se eche, podemos estar empujándolo hasta más allá de los Pirineos. Si me quedo quieto y en silencio puedo escuchar por dónde se va y qué hace; si, por el contrario, hago ruido y movimientos, además de empujar al herido, hago moverse al resto de animales y me despista.


A eso tan sólo se le puede añadir una cosa:

Mira. Vigila todo lo qué sucede en tu campo visual. No es para nada extraño ver, una o dos horas después del disparo e incluso más tarde, la pieza herida alejándose renqueante. Si se da el caso usa los prismáticos para examinarla y toma referencias de su recorrido... y sigue esperando. Si se está moviendo aún es demasiado pronto para comenzar a seguir su pista. Hay que dejar que se acune y se enfríe.

Bien, dicho esto qué se me había quedado en el tintero, volvamos sobre nuestro rastro de sangre.
...en el siguiente post más.
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Re: Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Sab Dic 25, 2010 6:45 pm

....y sigo:
Un rastro se sigue mejor con poca gente sobre el mismo.

Uno puede tener la tentación de avisar a algún amigo o compañero para qué le eche una mano... pero la realidad es qué un rastro no se puede seguir en grupo. Dos, máximo tres, es más qué suficiente salvo qué estemos hablando de un animal peligroso, en esos casos SIEMPRE debe haber al menos un tirador cubriendo al rastreador ya qué este, centrado en seguir el rastro, podría llegar a meterse encima del animal sin apercibirse de ello, por no hablar de los casos en los qué algunos predadores (y no sólo predadores: Aunque esto tan sólo lo se de oídas, al parecer alces y búfalos tienen una cierta tendencia a hacerlo) se dan la vuelta y acechan sobre su propio rastro.

Si se es más de uno, el qué no esté sobre el rastro se debe de situar al lado de la ruta aparente de la pista, mejor del lado elevado, con una separación no mucho mayor qué una docena de metros cómo máximo y, cómo mucho, a un centenar de metros por delante del rastreador y, SIEMPRE manteniendo el contacto visual con este y atento tanto a lo que le rodea cómo a lo qué hay por delante y a las posibles indicaciones del rastreador.

En el caso de que haya un tercero debe ocupar, de la misma forma, el lado “bajo”, pero sin llegar nunca a adelantarse lo mismo.

Cualquier otra persona adicional, bien se queda detrás del rastreador, bien se despliega cómo mucho a otra veintena de metros más allá, del lado de la ruta aparente de la pista y así sucesivamente, cómo formando la trama de una malla, pero SIEMPRE POR DETRÁS DEL RASTREADOR para evitar “ensuciar el rastro”, además es muy aconsejable qué no superen una traza de sangre marcada hasta qué el rastreador marque otra... y mejor aún si van no una si no dos marcas por detrás, de forma qué siempre haya una marca “intacta” entre el rastreador y el grupo, por si este tiene qué volver sobre sus pasos para intentar retomar el rastro.

Es decir, uno en punta fuera de la ruta aparente del rastro por la parte alta, uno en “media punta” también fuera de la ruta aparente, por la parte baja, uno sobre el rastro y el resto algo retrasados peinando el terreno... y todos “a la orden” del qué está sobre el rastro.

Aclarado esto, vamos al papel “estelar”, el del rastreador, qué será por lo general nuestro papel en solitario las más de las veces.

Pese a qué pueda resultar incómodo, es conveniente no sólo llevar con vosotros el arco, si no estar preparados para hacer si es preciso un tiro a larga distancia:

Todos conocemos y practicamos la ética de no tirar en rangos de tiro tan largos qué no se tenga un grado de certeza muy alto de alcanzar a la pieza en un punto vital. No obstante yo al menos entiendo qué esto tiene cómo finalidad evitar herir de forma poco efectiva a un animal qué luego quizás no se pueda cobrar y qué, por lo tanto, cuando estamos intentando cobrar un animal previamente herido, esa “norma” es aceptable “relajarla”, ya qué un tiro acertado a larga distancia puede acortar tremendamente nuestro trabajo, de hecho aún un tiro poco preciso puede conseguir eso o, al menos, renovar el rastro de sangre facilitando un sangrado nuevo.

No es una cuestión de comenzar a hacer tiros a voleo a doscientos o trescientos metros, si no simplemente de tener un “pin alto” ajustado al doble o, cómo mucho al triple, de nuestro rango “natural” más largo (yo, por ejemplo, no suelo tirar a una pieza más allá de los 20 o 25 metros, 30 cómo máximo, y sin embargo siempre he tenido un pin a 90 metros y ocasionalmente hago unas cuantas rondas de práctica a esa distancia). Es mejor no verse forzado a usarlo... pero es bueno tenerlo previsto y haberlo practicado por si se diera el caso. Al menos ese es mi criterio y lo comento porqué entiendo qué quizás alguno no se lo haya planteado nunca... y creo qué es bueno qué os lo planteéis antes y, en el caso de aceptarlo cómo una opción válida, incluirlo en vuestras prácticas.

Siguiendo con el rastro, cómo bien a adelantado Adol, hay qué marcar cada traza de sangre, por muy abundante que sea, ya qué siempre puede ser la última y podría ser qué necesitásemos volver a ella para intentar retomar el rastro o para utilizarla cómo base de una búsqueda intensiva.

Lo qué utilicemos para marcarla es indistinto siempre qué sea algo visible cuando giremos la vista atrás para qué podamos ver la “tendencia” del rastro... y qué sea algo biodegradable o qué estemos dispuestos a recuperar volviendo tras nuestros pasos.

La sangre la podemos ver directamente, pero en muchas ocasiones, sobre todo en rastros difíciles, la apreciaremos por la presencia de insectos, principalmente moscas y hormigas. Esa es también una de las razones de dejar pasar un tiempo entre el disparo y la persecución: dar margen a esos pequeños delatores para qué puedan acudir al festín y mostrárnoslo con su presencia. Recordad, serán muchas las ocasiones en las qué no veáis la sangre, especialmente en rastros largos y en zonas enmarañadas, pero si os paráis y escucháis, oiréis las moscas... o las veréis alzar el vuelo agrupadas, sin alejarse del lugar, al moveros entre la maleza.

La oscuridad, más qué un inconveniente, es un aliado, ya qué la sangre, con una iluminación adecuada, es más visible de noche qué de día.

Ciertamente hay linternas de luz especial. No las he probado nunca pero en los vídeos qué he visto parecen funcionar bien.

Los viejos cazadores usaban lamparas de queroseno, por qué la luz de llama hace resaltar la sangre. No todas las llamas, ciertamente. No he probado tampoco nunca con la de carburo, pero la de los campingas de toda la vida tiene un efecto SORPRENDENTE, no obstante es aconsejable apantallar el fanal (un simple bote de conserva abierto por los dos extremos y con una ventana convenientemente practicada recortando algo de la lata es suficiente, aunque siempre se puede fabricar algo más elaborado). Probarlo a la menor oportunidad.

Bueno, nuevamente estoy acabando de escribir esto pasadas las dos de la madrugada... y mañana no sólo he de ir a trabajar si no qué, además, con el coche aún en el taller me espera alguna que otra caminata y unos cuantos transbordos entre tren, metro y tranvía.
Por lo qué me ha comentado el mecánico el gasoil ese efectivamente era una basura, así qué han desmontado vaciado y limpiado el depósito y llenado con un disolvente y desincrustante el sistema para qué esté toda la noche “trabajando”. Mañana lo limpiarán, le pondrán gasoil en condiciones y lo probarán. Si hay suerte funcionará y la “broma” será seria... pero no tanto cómo si no funciona y han de desmontar inyectores y bomba y limpiarlos pieza por pieza. Iba a decir qué, tal y cómo están las cosas, estoy qué no me llega la camisa al cuerpo... pero más bien lo que tengo es un ataque de nervios en la cartera. Desearme suerte.

Si puedo mañana remato esto y, si os parece, abrimos un debate sobre ello.

Continua en otro post.
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Re: Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Sab Dic 25, 2010 6:49 pm

Hubieron cuestiones y respuestas a ellas... y rematé con este post:

Código: Seleccionar todo

Bien, pocas cosas, creo, me quedan qué añadir, al menos sin estar sobre un rastro, así qué voy a ir acabando con unos pocos detalles más.

Los tres errores más comunes son:

1º.- Comportarnos o abandonar la posición de tiro (especialmente si es un puesto) de forma poco discreta en la suposición de qué cómo nosotros ya no vemos u oimos al animal este no puede vernos ni oirnos o hacerlo antes de dejar pasar un tiempo prudencial.
2º.- Dar por perdido el rastro de sangre demasiado pronto.
3º.- Precipitar las cosas cuando llueve o comienza a llover en el supuesto de qué la lluvia eliminará la sangre.

La solución a ellos es simple:

1º.- Hagas lo qué hagas, hazlo cómo si aún no hubieses tirado y el animal estuviese ahí mismo, especialmente hasta encontrar la primera sangre y conocer el tipo de herida que le has inflingido... y reserva las celebraciones hasta que puedas poner tu pie sobre la pieza.

2º.- ¿Que qué es demasiado pronto?: Abandonar el rastro sin haber dedicado dos o tres horas a intentar localizar una nueva gota de sangre es abandonarlo demasiado pronto. Insiste, tomate tu tiempo, mira no sólo todo lo que está cerca del último indicio, si no en los sitios por los qué es probable qué el animal haya pasado vista la dirección general del rastro y, en especial, todos los lugares donde ha tenido que hacer un esfuerzo (saltar un ribazo, por ejemplo) que pueda haber provocado la perdida adicional de sangre y todos los lugares por donde se podría haber vuelto sin entrar en tu rango visual. Y aún así y todo, una vez invertidas dos o tres horas sin encontrar ni una traza más, vuelve atrás una distancia prudencial POR UN LATERAL DEL RASTRO y luego vuelve a delante por el otro lateral buscando por donde pudo haberse desviado la pieza si volvío sobre sus pasos.

3º.- Antes al contrario, cuando llueve o se prevee qué vaya a llover o a nevar HAY QUE RETRASAR AÚN MÁS LAS COSAS por la sencilla razón de qué la pieza en esas condiciones se echará antes... y si la dejamos a su aire se enfriará a mucha menos distancia de la zona donde la hemos impactado qué si la pretendemos seguir demasiado pronto y por ello la levantamos. Es decir: la elección no reside entre dejar qué la lluvia borre o no el rastro, si no en si preferimos que la lluvia borre un rastro corto... o uno larguísimo. Una vez qué haya pasado el tiempo adecuado según la primera sangre, la mejor forma de realizar la búsqueda de la pieza (por supuesto siempre qué no contemos con el auxilio de un perro) es dividiendo el terreno en cuadrículas y recorriendo estas cuadrículas "cómo si las arásemos".

En cuanto al remate, si es necesario, dos apuntes:

Normalmente encontraremos la pieza tumbada o acodada y, por lo general, entre la maleza, con lo qué sus organos vitales "usuales" estarán bien en una posición difícilmente alcanzable, bien en una posición obstaculizada. Es por ello qué la zona preferente para el remate ES EL CUELLO, a ser posible en su primer tercio.

Por otra parte, se puede dar el caso de qué ese tiro de remate haya qué efectuarlo a muy corta distancia y, por ello, hay qué practicar esos tiros a muy corta distancia (de dos a cinco o seis metros) y tener muy claro lo qué hace nuestra flecha a esa distancia y donde impacta. No hay nada más indigno y ridículo qué fallar un tiro a un bicho qué está a dos pasos tuyo, quieto y tumbado en el suelo.

En fin, creo qué no me he dejado nada... y espero qué algunos más aporten algo o maticen cosas e incluso, porqué no, qué difieran conmigo en algunas, al fin y al cabo, cómo dice el refrán, "cada maestrillo tiene su librillo"... y yo, no es qué lo sea, pero tuve la inmensa suerte de, desde muy pequeño y durate muchos años, asistir a una de las mejores tertulias de caza que se daban en Valencia, con los ojos muy abiertos y las orejas más abiertas aún... y creo que al final logré aprender alguna qué otra cosilla qué, sinceramente, espero haber sido capáz de transmitiros.

PD.: La "broma" del coche ya tiene "nombre", casi 800€. Ahora mismo estoy que no se si reirme o hecharme a llorar. En cuanto encuentre de donde demonios sacar la pasta y puede sacar el vehículo del taller, me voy a hacer un aguardo de "gasolinero" :icon_evil: :icon_evil: :icon_evil: :icon_evil: :icon_evil: (obviamente intentaré denunciarlo y todas esas cosas, pero me da a mi qué eso se quedará en agua de borrajas).
Y queda tan sólo un post más, en respuesta al de otro forero...
Hay que practicar para ser preciso y efectivo, luego, esperar la oportunidad
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Re: Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Sab Dic 25, 2010 6:52 pm

Qué fúe este:
orzow escribió:Por lo tanto creo todos los consejos genéricos que se den están bien pero cada uno ha de adecuarlos a su forma de cazar, al sitio donde cace, etc
Es sólo mi opinión.



Y una gran opinión.

En este mundo uno ocasionalmente se encuentra con frases qué merecen ser recordadas (Groucho Marx era un epítome de generador de las mismas) y, entre ellas, una qué merece ser tenida muy encuenta es qué:

LAS NORMAS ESTÁN HECHAS PARA ROMPERLAS

Eso no es una llamada al anarquismo si no un grito al sentido común.

Hay otra:

LA EXCEPCIÓN CONFIRMA LA REGLA

En suma, cómo he dicho en otro post, un viejo profesor mío nos decía qué la cabeza la teníamos ahí para algo más que sujetar las orejas, incitandonos a usarla.

Hay qué ser capaces de juzgar lo qué se debe hacer en cada ocasión, si hacer caso de lo qué dice la sabiduría acumulada por multitud de otros cazadores o si optar por algo diferente.

Pero para poder optar hay qué conocer esa sabiduría acumulada.

En cualquier caso, optemos por lo qué optemos, acertemos o erremos, acumularemos conocimientos y experiencia.

Transmitirlos para qué otros puedan aprovecharlos es una gran prerrogativa a la qué nadie debería renunciar.
Listo.

Confío en qué les sea de utilidad... y, cómo siempre, estoy abierto a debatir cualquier cosa y poner en común experiencias y ha responder dudas o conceptos que no hayan quedado claros.
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Re: Tras el disparo

Mensaje por Sombra » Dom Ago 26, 2018 3:36 pm

Repasando el tema ya que lo he linkado desde otro mas reciente me he dado cuenta de que cometí un error y metí una cita cómo código. No es que sea ilegible pero resulta incómodo y cómo pese a ser el post mio no me permite editarlo reposteo el comentario:
Bien, pocas cosas, creo, me quedan qué añadir, al menos sin estar sobre un rastro, así qué voy a ir acabando con unos pocos detalles más.

Los tres errores más comunes son:

1º.- Comportarnos o abandonar la posición de tiro (especialmente si es un puesto) de forma poco discreta en la suposición de qué cómo nosotros ya no vemos u oimos al animal este no puede vernos ni oirnos o hacerlo antes de dejar pasar un tiempo prudencial.
2º.- Dar por perdido el rastro de sangre demasiado pronto.
3º.- Precipitar las cosas cuando llueve o comienza a llover en el supuesto de qué la lluvia eliminará la sangre.

La solución a ellos es simple:

1º.- Hagas lo qué hagas, hazlo cómo si aún no hubieses tirado y el animal estuviese ahí mismo, especialmente hasta encontrar la primera sangre y conocer el tipo de herida que le has inflingido... y reserva las celebraciones hasta que puedas poner tu pie sobre la pieza.

2º.- ¿Que qué es demasiado pronto?: Abandonar el rastro sin haber dedicado dos o tres horas a intentar localizar una nueva gota de sangre es abandonarlo demasiado pronto. Insiste, tomate tu tiempo, mira no sólo todo lo que está cerca del último indicio, si no en los sitios por los qué es probable qué el animal haya pasado vista la dirección general del rastro y, en especial, todos los lugares donde ha tenido que hacer un esfuerzo (saltar un ribazo, por ejemplo) que pueda haber provocado la perdida adicional de sangre y todos los lugares por donde se podría haber vuelto sin entrar en tu rango visual. Y aún así y todo, una vez invertidas dos o tres horas sin encontrar ni una traza más, vuelve atrás una distancia prudencial POR UN LATERAL DEL RASTRO y luego vuelve a delante por el otro lateral buscando por donde pudo haberse desviado la pieza si volvío sobre sus pasos.

3º.- Antes al contrario, cuando llueve o se prevee qué vaya a llover o a nevar HAY QUE RETRASAR AÚN MÁS LAS COSAS por la sencilla razón de qué la pieza en esas condiciones se echará antes... y si la dejamos a su aire se enfriará a mucha menos distancia de la zona donde la hemos impactado qué si la pretendemos seguir demasiado pronto y por ello la levantamos. Es decir: la elección no reside entre dejar qué la lluvia borre o no el rastro, si no en si preferimos que la lluvia borre un rastro corto... o uno larguísimo. Una vez qué haya pasado el tiempo adecuado según la primera sangre (nota: puntualizó a día de la publicación de este post. Si no encontramos rastro de sangre porque la lluvia lo ha borrado o la nieve lo ha tapado o desde cuando este desaparezca si lo hemos venido siguiendo), la mejor forma de realizar la búsqueda de la pieza (por supuesto siempre qué no contemos con el auxilio de un perro) es dividiendo el terreno en cuadrículas y recorriendo estas cuadrículas "cómo si las arásemos".

En cuanto al remate, si es necesario, dos apuntes:

Normalmente encontraremos la pieza tumbada o acodada y, por lo general, entre la maleza, con lo qué sus organos vitales "usuales" estarán bien en una posición difícilmente alcanzable, bien en una posición obstaculizada. Es por ello qué la zona preferente para el remate ES EL CUELLO, a ser posible en su primer tercio.

Por otra parte, se puede dar el caso de qué ese tiro de remate haya qué efectuarlo a muy corta distancia y, por ello, hay qué practicar esos tiros a muy corta distancia (de dos a cinco o seis metros) y tener muy claro lo qué hace nuestra flecha a esa distancia y donde impacta. No hay nada más indigno y ridículo qué fallar un tiro a un bicho qué está a dos pasos tuyo, quieto y tumbado en el suelo.

Nota agregada a día de la publicacion de este post: Cuando disparamos un arma (sea la que sea) en un angulo pronunciado, digamos 45°, hay que, como dice el refrán, apuntar bajo ("Tires alto o tires bajo apunta siempre bajo). Esto es cierto con cualquier arma, arco, rifle, ballesta, escopeta, pistola o revolver. La razón es porque la gravedad actúa sobre el proyectil NO DURANTE LA DISTANCIA QUE RECORRE HASTA LA PIEZA si no en LA DISTANCIA QUE RECORRE SOBRENEL TERRENO. El calculo de esa distancia se hace por el teorema de Pitagoras ¿recuerdan aquello de la escuela de Hipotenusa al cuadrado igual a la suma del cuadrado de los catetos? Pues esa es la formula que hay que aplicar siendo la hipotenusa la distancia recta que recorre el proyectil desde nuestra arma a la pieza y los cateos uno la altura que hay desde el plano paralelo al suelo donde esta la pieza hasta el plano donde esta nuestra arma y el otro cateto la distancia que hay desde la boca de nuestra arma al punto de impacto a la pieza. Esto que con las armas de fuego no es demasiado critico a corta distancia si que lo es con arco y flechas. Si, por ejemplo, hacemos un disparo desde el punto alto donde confluyen los cuadrados rojo y amarillo, a la pieza situada donde confluyen los cuadrados rojo y azul (un tiro muy normal si la pieza se ha acunado en una ladera mientras bajaba o en un arroyo que discurre por el fondo de una barranca) si intentamos el remate y apreciamos la distancia a la pieza (o la medimos con un telémetro que no compense ángulos) de nosotros a la pieza habrán tantos metros como contamos en el lado del cuadrado rojo, CINCO, pero como estamos elevados sobre la pieza los cuadraditos del cuadrado amarillo, CUATRO y por lo tanto disparamos para abajo en un ángulo pronunciado la distancia que el proyectil recorre hasta la pieza sometida a la gravedad es tan solo de TRES metros.

Imagen

Esta diferencia resaltara mas si imaginamos una situacion de caza con rifle multiplicando por 20 las distancias:

El telémetro nos dará 100 m a la pieza, disparamos desde una ladera a un nivel de 80 metros sobre ella y la distancia en la que la gravedad afecta al proyectil es tan solo de 60 metros.
Si su arma tiene una rasante de unos 100 metros multipliquen todo otra vez mas por 2 para darse cuenta: pieza a 200 m de telémetro, bala recorre afectada por la gravedad solo 120 metros. Si tiramos segun telemetro el tiro ira alto
Este problema con el arco se acentúa muchísimo mas


En fin, creo qué no me he dejado nada... y espero qué algunos más aporten algo o maticen cosas e incluso, porqué no, qué difieran conmigo en algunas, al fin y al cabo, cómo dice el refrán, "cada maestrillo tiene su librillo"... y yo, no es qué lo sea, pero tuve la inmensa suerte de, desde muy pequeño y durate muchos años, asistir a una de las mejores tertulias de caza que se daban en Valencia, con los ojos muy abiertos y las orejas más abiertas aún... y creo que al final logré aprender alguna qué otra cosilla qué, sinceramente, espero haber sido capáz de transmitiros.

PD.: La "broma" del coche ya tiene "nombre", casi 800€. Ahora mismo estoy que no se si reirme o echarme a llorar. En cuanto encuentre de donde demonios sacar la pasta y puede sacar el vehículo del taller, me voy a hacer un aguardo de "gasolinero" : viamente intentaré denunciarlo y todas esas cosas, pero me da a mi qué eso se quedará en agua de borrajas).
Bueno, ahí esta de una forma mas legible.
Mil disculpas
Hay que practicar para ser preciso y efectivo, luego, esperar la oportunidad
Efectividad y precisión dependen de ti, la oportunidad la brinda la pieza
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