Bien, pocas cosas, creo, me quedan qué añadir, al menos sin estar sobre un rastro, así qué voy a ir acabando con unos pocos detalles más.
Los tres errores más comunes son:
1º.- Comportarnos o abandonar la posición de tiro (especialmente si es un puesto) de forma poco discreta en la suposición de qué cómo nosotros ya no vemos u oimos al animal este no puede vernos ni oirnos o hacerlo antes de dejar pasar un tiempo prudencial.
2º.- Dar por perdido el rastro de sangre demasiado pronto.
3º.- Precipitar las cosas cuando llueve o comienza a llover en el supuesto de qué la lluvia eliminará la sangre.
La solución a ellos es simple:
1º.- Hagas lo qué hagas, hazlo cómo si aún no hubieses tirado y el animal estuviese ahí mismo, especialmente hasta encontrar la primera sangre y conocer el tipo de herida que le has inflingido... y reserva las celebraciones hasta que puedas poner tu pie sobre la pieza.
2º.- ¿Que qué es demasiado pronto?: Abandonar el rastro sin haber dedicado dos o tres horas a intentar localizar una nueva gota de sangre es abandonarlo demasiado pronto. Insiste, tomate tu tiempo, mira no sólo todo lo que está cerca del último indicio, si no en los sitios por los qué es probable qué el animal haya pasado vista la dirección general del rastro y, en especial, todos los lugares donde ha tenido que hacer un esfuerzo (saltar un ribazo, por ejemplo) que pueda haber provocado la perdida adicional de sangre y todos los lugares por donde se podría haber vuelto sin entrar en tu rango visual. Y aún así y todo, una vez invertidas dos o tres horas sin encontrar ni una traza más, vuelve atrás una distancia prudencial POR UN LATERAL DEL RASTRO y luego vuelve a delante por el otro lateral buscando por donde pudo haberse desviado la pieza si volvío sobre sus pasos.
3º.- Antes al contrario, cuando llueve o se prevee qué vaya a llover o a nevar HAY QUE RETRASAR AÚN MÁS LAS COSAS por la sencilla razón de qué la pieza en esas condiciones se echará antes... y si la dejamos a su aire se enfriará a mucha menos distancia de la zona donde la hemos impactado qué si la pretendemos seguir demasiado pronto y por ello la levantamos. Es decir: la elección no reside entre dejar qué la lluvia borre o no el rastro, si no en si preferimos que la lluvia borre un rastro corto... o uno larguísimo. Una vez qué haya pasado el tiempo adecuado según la primera sangre (
nota: puntualizó a día de la publicación de este post. Si no encontramos rastro de sangre porque la lluvia lo ha borrado o la nieve lo ha tapado o desde cuando este desaparezca si lo hemos venido siguiendo), la mejor forma de realizar la búsqueda de la pieza (por supuesto siempre qué no contemos con el auxilio de un perro) es dividiendo el terreno en cuadrículas y recorriendo estas cuadrículas "cómo si las arásemos".
En cuanto al remate, si es necesario, dos apuntes:
Normalmente encontraremos la pieza tumbada o acodada y, por lo general, entre la maleza, con lo qué sus organos vitales "usuales" estarán bien en una posición difícilmente alcanzable, bien en una posición obstaculizada. Es por ello qué la zona preferente para el remate ES EL CUELLO, a ser posible en su primer tercio.
Por otra parte, se puede dar el caso de qué ese tiro de remate haya qué efectuarlo a muy corta distancia y, por ello, hay qué practicar esos tiros a muy corta distancia (de dos a cinco o seis metros) y tener muy claro lo qué hace nuestra flecha a esa distancia y donde impacta. No hay nada más indigno y ridículo qué fallar un tiro a un bicho qué está a dos pasos tuyo, quieto y tumbado en el suelo.
Nota agregada a día de la publicacion de este post: Cuando disparamos un arma (sea la que sea) en un angulo pronunciado, digamos 45°, hay que, como dice el refrán, apuntar bajo ("Tires alto o tires bajo apunta siempre bajo). Esto es cierto con cualquier arma, arco, rifle, ballesta, escopeta, pistola o revolver. La razón es porque la gravedad actúa sobre el proyectil NO DURANTE LA DISTANCIA QUE RECORRE HASTA LA PIEZA si no en LA DISTANCIA QUE RECORRE SOBRENEL TERRENO. El calculo de esa distancia se hace por el teorema de Pitagoras ¿recuerdan aquello de la escuela de Hipotenusa al cuadrado igual a la suma del cuadrado de los catetos? Pues esa es la formula que hay que aplicar siendo la hipotenusa la distancia recta que recorre el proyectil desde nuestra arma a la pieza y los cateos uno la altura que hay desde el plano paralelo al suelo donde esta la pieza hasta el plano donde esta nuestra arma y el otro cateto la distancia que hay desde la boca de nuestra arma al punto de impacto a la pieza. Esto que con las armas de fuego no es demasiado critico a corta distancia si que lo es con arco y flechas. Si, por ejemplo, hacemos un disparo desde el punto alto donde confluyen los cuadrados rojo y amarillo, a la pieza situada donde confluyen los cuadrados rojo y azul (un tiro muy normal si la pieza se ha acunado en una ladera mientras bajaba o en un arroyo que discurre por el fondo de una barranca) si intentamos el remate y apreciamos la distancia a la pieza (o la medimos con un telémetro que no compense ángulos) de nosotros a la pieza habrán tantos metros como contamos en el lado del cuadrado rojo, CINCO, pero como estamos elevados sobre la pieza los cuadraditos del cuadrado amarillo, CUATRO y por lo tanto disparamos para abajo en un ángulo pronunciado la distancia que el proyectil recorre hasta la pieza sometida a la gravedad es tan solo de TRES metros.
Esta diferencia resaltara mas si imaginamos una situacion de caza con rifle multiplicando por 20 las distancias:
El telémetro nos dará 100 m a la pieza, disparamos desde una ladera a un nivel de 80 metros sobre ella y la distancia en la que la gravedad afecta al proyectil es tan solo de 60 metros.
Si su arma tiene una rasante de unos 100 metros multipliquen todo otra vez mas por 2 para darse cuenta: pieza a 200 m de telémetro, bala recorre afectada por la gravedad solo 120 metros. Si tiramos segun telemetro el tiro ira alto
Este problema con el arco se acentúa muchísimo mas
En fin, creo qué no me he dejado nada... y espero qué algunos más aporten algo o maticen cosas e incluso, porqué no, qué difieran conmigo en algunas, al fin y al cabo, cómo dice el refrán, "cada maestrillo tiene su librillo"... y yo, no es qué lo sea, pero tuve la inmensa suerte de, desde muy pequeño y durate muchos años, asistir a una de las mejores tertulias de caza que se daban en Valencia, con los ojos muy abiertos y las orejas más abiertas aún... y creo que al final logré aprender alguna qué otra cosilla qué, sinceramente, espero haber sido capáz de transmitiros.
PD.: La "broma" del coche ya tiene "nombre", casi 800€. Ahora mismo estoy que no se si reirme o echarme a llorar. En cuanto encuentre de donde demonios sacar la pasta y puede sacar el vehículo del taller, me voy a hacer un aguardo de "gasolinero" : viamente intentaré denunciarlo y todas esas cosas, pero me da a mi qué eso se quedará en agua de borrajas).