Jueves: apostadero en una laguna seca, acomodamos todo, me puse a mirar unos búfalos (grandes) y a esperar, los cebaderos son automáticos, se activan cuando cae el sol; antes que ocurra, entran
dos chanchas con cuatro lechones grandes, de unos 25 kg, mi guía me dice: -esperá, cuando largue el maíz y entren a comer, tiras tranquilo-. Para que...estuvieron como cinco minutos, los filmamos,
cuando se abrió el cebadero, salieron a la velocidad de la luz...van a volver, van a volver. Hasta las tres de la mañana, al menos ni asomaron



Viernes: a la tarde salimos a ver si encontrábamos alguna cierva, vimos dos y no dejaron tiro, muy ariscas; llegamos a otro apostadero, asentamos y se largó a llover, cero movimiento hasta las 00hs.
Como nos pesaba no haber tirado a la chancha del día anterior!!. Me quedo un día mas, no voy a volver sin tirar un tiro!.
Sábado: a otro campo, vimos rastros "sobre el agua", cebamos a mano en los siete apostaderos y diseñamos la cacería; nos acomodamos tempranito 17hs, en uno donde suelen bajar de día.
Que lindo es estar cazando!, las copetonas picoteando el maíz, una yunta de pavitas del monte, algún zorro que va y viene; los binoculares a full. A la hora, aún de día, entran tres grandes con tres
lechones, directo al charco a comer, los deje unos minutos y disparé, se cayo para el costado; en el revuelo, quedaron unos lechones a cien metros hacia el costado, cuando miro de nuevo adentro
del monte, a unos ochenta metros, otro grande de frente, cruz en el medio de la cabeza y PUM, le digo a Lucas: - se la puse-,el guía: NO, erraste. Efectivamente, fuimos a buscarlo y nada, hubiera
perdido un asado completo, a mano de que el chancho estaba ahí. Cargamos y nos fuimos a otro apostadero. uno que está en el medio de un monte cerrado, riesgoso, ya que el viento estaba al
límite , si se movía no venteaban, acomodamos y a los tres minutos, otra piara con uno que parecía el padrillo de mi vida!!, por lo menos 25cm mas alto que los otros, comía y levantaba cada ez
que masticaba, con mucho cuidado agarro la carabina y PUM, a la paleta, quedó en el lugar, en este caso, la bala hizo un DESASTRE, se desintegró completamente, resulto ser otra chancha,
ENORME!!. Lo que renegamos para sacarla!!. Luego el guía me dice: querés que vayamos al otro o volvemos?. Respondo: vamos al otro, es la última del año y quiero amortizar los 1400 km (ida y
vuelta).
Llegamos al tercer apostadero y me dice:- en menos de media hora, tenés los chanchos comiendo, dicho y hecho, otra piara!, seis mas!, debajo del cebadero, había uno que le tiraba "navajasos" a
todos, me digo, este es el correcto; tiro a la paleta, quedó en el charco, era un padrillito de unos tres años, lindo de tamaño. Visto el resultado de esta cacería, mas los dos del mes anterior;
NUNCA voy a considerar otro calibre para apostarme, sorprende el 9.3 x 62.
Como yapa, le digo: dejame probar la mira del Hornet con unas vizcachas, 3 x 20, dudaba si se vería bien, caramba, a la perfección, erré un solo tiro, todos a la cabeza/cogote; solo un tiro
a la paleta a un vizcachón.
A fin de cuentas, una jornada que pudo no ser, y resulto soñada, inolvidable!.
Saludos.
Manuel.






Alguna pelea del padrillito
