Madrugamos, tipo 5 y a las 6, a caminar el monte. entrando y saliendo del susio.
Aclaro, que fui con guia, Hugo (un capo), me tubo mucha paciencia.
Tuvimos unos 5 cruces de ciervo, pero sin un buen tiro, el monte era muy cerrado y no quería pinchar ningún animal. La idea era caminar hasta las 9 y volver a la casa, para salir a la tarde nuevamente, pero nos perdimos en el monte un par de horas largas, dando vueltas. Pobre Hugo, mientras el buscaba la salida, yo disfrutaba del lugar a full.
Volviendo, viendo los ñandús paseando por un limpio. Que hermoso lugar.
A la tarde vimos un par de ciervos mas, sin tener un buen tiro.
Segundo día, a la mañana en un limpio unos 50 metros, vemos 3 ciervos de culo, llegue a levantar el fusil, pero no me dieron tiempo de sacar el seguro. Esa me dolio, porque si bien no tenia la paleta para apuntarle, le iba a hacer un enema de plomo.
Que rapidos que son. Mi unica salida anterior en caza mayor, fue apostarme en la pampa y hacer tiros de poligono, como cambia en el monte.
A la tarde no vimos nada, pero escuchamos y seguimos varios en el sucio, en un momento llegue a tener un ciervo a unos 5 metros sin poder verlo, lo espero un rato largo, escuchando bramar, hasta que desaparecio. Mientras lo esperaba, estaba con la adrenalina a full, de pronto empece a escuchar mis latidos, que hermosa sensacion. Hacia rato que no sentia algo asi.
Cuando se fue nos pegamos la vuelta porque empesaba a oscurecer y era demasiado cerrado el lugar para ubicarse.
Tercer dia. Ya era a penales. Arrancamos a las 5 para el monte, hasta que no se hizo de dia, no cruzamos nada. Nos apostamos en un limpio esperando algo y después de un rato nos metimos en el monte cruzando una manada de carpinchos que hacían un quilombo bárbaro y de la nada sale un chancho rebuznando a paso rápido, le mando un tiro sin pegar, acerrojo rápido mientras el chancho, para la carrera contra un tronco y me deja la paleta a tiro, lo sacudo de nuevo pero no escuche el plaf, sale corriendo, lo sigo y cae a los 30 metros bajo un árbol. Que sensación inolvidable.
Al final era una chancha, cimarrón. Nada de tufo, apenas vi la carne me la imagine al horno con papas.
No me traje el ciervo, pero vine con una chancha y saque un recuerdo inolvidable lleno de adrenalina.
