CAZANDO Y PESCANDO POR EL RIO BERMEJO SEGUNDA PARTE

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BTOAGUIRRE
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CAZANDO Y PESCANDO POR EL RIO BERMEJO SEGUNDA PARTE

Mensaje por BTOAGUIRRE » Vie Sep 20, 2013 11:59 am

La pesca con los redeadores es otra actividad que cuando vine a vivir a Embarcacion quería realizar, aunque nunca me hizo falta, y era una molestia más que nada para los redeadores que me aceptaban solo porque mi suegro (le hacía trabajos a ellos) hablo con ellos para que me lleven, no hay frio ni calor los aborígenes tienen que meterse igual al agua, en realidad no eran solo aborígenes, sino también criollos estando todos mezclados, al tiempo de llegar a vivir a aca comencé a salir con ellos en las chalanas y viajar rio abajo a pescar con red y cuando se podía pescar con anzuelos, era joven en ese entonces y aunque mi señora le molestaba esas actividades, siempre me iba igual, consentido sobre todo por mi suegro, pues él había hecho lo mismo en su juventud , si abre comido quirquinchos, charatas, iguanas, conejos y no quiero acordarme más, era una irresponsabilidad de mi parte esta actividad sobre todo porque yo no sé nadar, y si me caía al agua me ahogaba de seguro, aunque siempre lleve salvavidas, de tanto ir y comiendo y durmiendo como ellos sin ser delicado , aunque tenía camioneta , negocio, ellos terminaron aceptándome y fui uno más, entonces al salir ya me iban a buscar solos. Cuando mi señora quedo embarazada, deje esa actividad aunque seguí ayudando a los redeadores pero ya los llevaba y los iba a buscar en mi camioneta, ya no me aventuraba con ellos por el rio, los buscaba y los traía con la chalana al pueblo para que vendan sus pescados. Ellos largaban sus chalanas en lugares cercanos a Embarcación, después se arreglaba el lugar donde iría en la camioneta a buscarlos rio abajo, y los días después en que los esperaría en algún punto del chaco donde se sale al rio y así me iba a buscarlos con algún aborigen y nos veníamos al pueblo cuando esperando en el rio me encontraban con toda su carga de pescados para vender, nunca les cobre por eso , pero siempre recibí muestras de agradecimiento por ello, afectivas sobre todo, es un rebusque cobrarles para llevarlos y traerlos acá, de los que no tienen trabajo y si tienen un vehículo, siempre lo hice por el gusto de aventurarme , tenia negocio con mi suegro en esa época y no me hacía falta, aunque al principio esto genero desconfianza en ellos, al tener el respaldo de mi suegro veterano cazador y pescador muy respetado y querido en el pueblo facilito mi acercamiento y posterior amistad con ellos, aborígenes y criollos. Mi suegro era fumador empedernido y hombre de buen comer, cocinaba en forma magistral, sobre todo animales de caza y pescado, le gustaba cazar corzuelas, chanchos y anta , por el cuero, en el lomo tiene como un centímetro de ancho, era muy requerido para hacer artesanías y fundas, el era muy hábil con sus manos, hacía de todo, hasta tenía un fragua con la que fabricaba puntas para fijas (las lanzas para pescar de los aborígenes) y arreglaba riles pescador, por eso siempre estaba lleno de indios la casa, con el fui muchas veces a pescar al rio en su lancha, eso era lo que le gustaba ya en su vejez, aunque ya no quería ir, pero el problema era que cuando iba, no quería volver viniando y fumando tranquilo, recuerdo esas salidas los dos solos en su lancha en medio del rio pescando y que nos sorprenda una tormenta , tipo eléctrica, chango que manera de rezar y el se cag…a de risa, con los truenos, los refucilos y los rayos que caen en tremenda explosión en el monte, incendiando algún árbol y nosotros a la orilla del rio o debajo de algún sauce temblando de frio y mi suegro que no se quería ir continuaba pescando y besando su piturro (recipiente con vino con soda, esas drago me acuerdo) y fumando, sus fontanares, una vez nos refugiamos bajo un cañaveral por la lluvia intensa y él se bajo de la lancha y de la orilla pescaba en medio del aguacero, yo sosegao debajo de las cañas esperando que pase el chubasco y en eso cae en la embarcación desde los cañaverales una araña pollito como un plato, mamita casi me tiro al agua, salte para la tierra cayendo en el barro y agua con mi poncho impermeable mojándome igual y embarrándome todo, mi suegro se meaba de la risa. Al fallecer junto con mi cuñado nos hicimos cargo del negocio y (yo ya era socio con mi suegro) así tuvimos más tiempo libre para poder retozar libremente por el monte cuando las circunstancias lo ameritaban, eran tiempos de un rio desbordante de peces de todo tipo y de montes infestados de animales en cada rincón los topabas, sobre todo corzuelas , eran cantidad, como dicen los chaqueños, y animales menores y aves infinidad, así conocí a mi amigo Pupo Fontanini, quien se convirtió en redeador por necesidad pues fue despedido del ferrocarril y tuvo que pucherear como sea. Después el con la indemnización se compro una camioneta y llevaba y traía aborígenes redeadores pero cobrándoles (pues ellos no tienen vehículo y se les alquilaba la camioneta para llevarles la chalana e ir a buscarlos para traerlos al pueblo) aproveche esa oportunidad y lo acompañaba cada vez que podía y así volvía a la aventura que era recorrer esos caminos inhóspitos pero tentadores para mi espíritu por todo el chaco salteño. En estos viajes he sido testigo de innumerables hechos que hoy me parecen increíbles, en una oportunidad fui chocado por un ser bípedo , alto y peludo( cuando regresaba de pescar del rio en una cañada ) aunque no recuerdo el lugar exacto del chaco que fue y que me dejo duro de la sorpresa y desapareció (era de noche), aunque lo analice mucho, me pareció un oso bandera parado en dos patas (medio pichón) , pero a mi compañero Ramón Soria le resulto un UCUMAR, aunque acepto mi razonamiento y se tranquilizo ,era según como se lo veía, yo siempre tratando de ser racional y otros presos de sus creencia paganas . También fui requerido de un puestero cercano cuando pescaba en la zona del carretón en pleno chaco para que mate a su caballo que estaba quebrado y postrado hace varios días, el chaqueño no quería terminar su sufrimiento mediante su cuchillo (tenía un arma, rota) pues temía que una patada o cabezazo involuntario del animal lo pueda herir a él, y en medio de estos monte que hace con una pierna o brazo roto, me pareció lógico sus conjeturas y lleve a cabo lo pedido, aunque tal vez al verme con arma me lo pidió solo por eso, era un caballo overo grandote muy hermoso, (con manchas marrones grandes e indescifrables sobre su blanco cuerpo )saque unos caramelos que tenia , siempre llevo una bolsa, sobre todo por los chicos que uno ve, le pedí al puestero que se los de en la boca y mientras yo le disparaba con mi escopeta, así lo hicimos y quiero pensar que se fue con un sabor dulce en su boca pues a nosotros nos quedo uno muy amargo, a mi durante un tiempo. Varias veces ayudamos a puesteros a matar algún león cebao con las cabras o terneros, esto si bien parece una actividad peligrosa, no es tanto, pues se lo huellea buscando los animales cazados por el gato y allí se largan los perros en el rastro fresco y estos en el desbande lo enarbolan, entonces uno llega y dispara. El mayor problema radica en seguir a los perros en el monte, recibiendo cortaduras por la vegetación y tratando de seguir por el oído el ladrido de los cuscos para direccionarse bien, esto en mi vida de cazador en el chaco, lo habré hecho dos o tres veces, no mas, el mayor riesgo era para los perros, pues alguno siempre terminaba herido mortalmente y había que sacrificarlo, esto producía un dolor en el alma para los amigos chaqueños, que los he visto temblar la mano con el cuchillo y tuve que sacarlos y usar mi pistola, ver estos curtidos puesteros flaquear por sus cuscos los pinta tal cual son , duros para todo, menos para sus querencias, sea su china, su guagua , sus padres y sus animales, por cierto la carne de león es muy sabrosa, en el chaco son más bien chicones y un dato particular es que los perros no lo comen, olfatean y se van. Esto si bien con perros en el chaco en que casi son enemigos naturales, parece lógico, me paso que mate un león enorme en los cerros en dirección contraria al chaco , allí si son grandes esos gatos y lleve un pedazo a Salta a la casa de mi viejo y al querer darle un bife jugoso al Bingo el ovejero alemán de mi tata, me desprecio como los perros chaqueños, lo olfateaba y se alejaba echándose retirado con la orejas caídas, confirmando el instinto del animal, que siendo de ciudad no acepto el convite de un gato del monte, me acuerdo de mi viejo cuando lo visitaba en Salta Capital, tenía que llevarle escabeche de vizcacha, charata, picazo,corzuela o chancho, se los devoraba, le traía recuerdo de su niñez criado por su mama con eso, hace doce años falleció a los 85 años, fue un muy buen padre , aunque sé que fui un buen hijo también. También me paso cosas divertidas, ( aunque lo son después) , fui a una zona del chaco a pescar también con unos amigos, en esa oportunidad saque dos pacúes uno grande y otro mediano , a este lo cocinamos y a la noche vino un puestero de la zona a comer con nosotros y tomarse unos vinitos, después de esto ya bien calzao el vino sucedió que el chango este me pide mi pacú, y empezó con que se lo de (yo no quería), estuvo a cada rato preguntado si le daba el pescado y ante mi negativa se callaba y después de un rato , como solo lo hacen los borrachos cargosos volvía con su cuestionamiento de porque no se lo doy y así hasta que se fue tarde en la noche. Algunos se fueron a pescar y otros nos quedamos a dormir, cuando de pronto sentimos que el chaqueño gritaba si le iba o no a dar el pescado, ya era de madrugada y estaba totalmente en pedo, me asuste pues se que estos chaqueños son obsecuentes y con un vino de mas no miden las consecuencias de sus actos, me levante pistola en mano dispuesto a confrontar con el chango pues me parecía inevitable y uno de mis compañeros se ilumino y le grito que nos da a cambio del pacú, quedo duro el chaqueño y pensativo dudando dijo que tenía una chancha grande con cría que nos daba un lechón, cuando dije fuerte un lechón, inmediatamente dijo dos mejor, nos miramos con mi compañero y le dije “yasta entonces” y le di el pacú, para después ir a ver los lechones. Al otro día temprano vino el chaqueño con dos lechones gordos recién faenados y me los entrego sin decir palabra, movió la cabeza a modo de saludo y se fue y no volví a verlo más hasta que nos fuimos temprano en la tarde. Después en el pueblo hicimos uno de los lechones en un horno de barro en la casa de Rubén Luis relleno con papas y jamón , huevo duro, maíz hervido, queso y no sé cuantas verduras más le pusimos y nos empanzamos a más no poder con semejante exquisitez y guarde el otro para comerlo con la familia , aunque fue mucho después , pues con el primero casi voy a parar al hospital de la indigestión que me agarre por comer a lo bruto y sin compasión, pero como dijeron los muchachos, seguro que el chaqueño se dio cuenta después de la pelotudez que hizo y nos “ojeo la comida” por eso nos empachamos feo, casi todos, suerte que la señora de Pilu Salvatierra , doña Ida cura del empacho y me curo. En su casa conocí un chico, hecho hombre ya, que me comento que estando desahuciado hace muchos años siendo un bebe fue llevado por su mama a la casa de doña Ida quien lo curo, esa vez estaba en la estación del ferrocarril (hace años) en brazos de su madre para volverse al chaco salteño, con el bebe pronto a morir como le habían dicho los médicos , el Pilu Salvatierra trabajando en la estación vio a la madre y el ver al bebe se dio cuenta de lo que sucedía y la envió con su señora , ella con esa sapiencia que dan los años y la infinita paciencia y ternura que la caracteriza hizo sus cositas y curo al bebe hasta dejarlo, después de varias secciones completamente curado. Casi todos los años viene este muchacho a saludar a su benefactora y trayéndole regalos del chaco, quirquinchos, charatas, lechones y cosas así, lo conocí una vez en casa de mi amigo Pilu y corrobore esta historia que puede parecer irreal pero es perfectamente veraz como todas las cosas que viví o que fui testigo. La señora Ida es muy conocida en el pueblo siendo visitada constantemente por mamas para curar a sus hijitos empachados, asustados o ojeados, como se dice acá, esto es perfectamente natural para nosotros (hacer esto y no llevarlos al médico), pero habla de la sabiduría en el alma que lleva esta buena mujer y quien agradezco su amistad y la de su esposo mi compañero de cacería don Pilu Salvatierra, asi como sus hijos, hombres ya, que me tratan con afectuoso cariño. Saludos beto aguirre
DARIO32
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Re: CAZANDO Y PESCANDO POR EL RIO BERMEJO SEGUNDA PARTE

Mensaje por DARIO32 » Lun Sep 23, 2013 6:53 pm

Muy buen relato Beto como siempre.
saludos
El trabajo es cosa buena
es lo mejor de la vida
pero la vida es perdida
trabajando en campo ajeno
unos trabajan de trueno
y es parotros la llovida.
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